viernes, 9 de septiembre de 2016

Comentario a "Dios no dijo eso", de Bart D. Erhman.

Por medio de un amigo y una pequeña inquietud, conocí un libro y un autor que quise comentar. Dicho libro se llama “Jesús no dijo eso”; mas su nombre original es “JesusInterrupted: Revealing the Hidden Contradictions in the Bible”; así es que hay que abandonar un tanto ese título marketero que tiene la versión al español para que no hayan malas interpretaciones al respecto.

Más allá de aquel impasse con la traducción del título del libro al español, Bart D. Ehrman, a lo largo de este libro, nos invita a no tener una mirada superficial sino crítica de la Biblia y del Nuevo Testamento en particular; mas se aventura también a emitir un juicio categórico: el Nuevo Testamento está conformado por una serie de escritos de dudosa procedencia, ya que no son los originales, y configurado (canonizado) según aparente conveniencia de la “iglesia”. Esta exposición viene de parte de una persona informada y documentada no sólo con escritos que no tenemos a la mano y que ciertamente no sabríamos descifrar su valor y significado, sino inclusive en textos controversiales que podemos observar en cualquier Biblia, si ponemos la atención necesaria.
Además, el manejo de la historia y de la teología es importante a la hora de presentar las distintas controversias teológicas, culturales y sociales de los textos, y postular la importancia de que un texto diga una u otra cosa, aún en la más mínima palabra.
Más allá de toda esta pequeñísima reseña del libro, quisiera compartir lo que fue el libro para mí.

Puede ser chocante comenzar a leer este libro, desde el título hasta lo que postula. Imagino que para alguien que jamás ha escuchado y/o conocido acerca de crítica textual, teología, historia de la iglesia, de doctrina bíblica, este libro puede ser muy perturbador. Yo ya conocía algunas de las cuestiones de las que trata el libro, aunque con un enfoque distinto y menos profundo.
El cambio de enfoque que propone es interesante, ya que Ehrman no es un lector cualquiera de la Biblia y creo que demuestra que puede interpretar de buena forma la Biblia, si se lo propone. Creo que justamente cómo mira las escrituras, su enfoque crítico, es lo que lo hace tan bueno en su trabajo y que la búsqueda de la verdad acerca de los escritos es una tarea interminable para él, aunque sería mucho más feliz si tuviera en sus manos los originales, ya que se disiparían todas sus dudas. En realidad, si se encontraran los textos originales, se disiparían las dudas de todos los críticos textuales de la Biblia.
Muchos capítulos me costó leerlos, pero no porque no fueran importantes o interesantes, sino por la marcada posición del autor respecto a lo mostrado. O sea, no estoy de acuerdo en general con Ehrman, pero para poder presentar toda esta temática creo que es preferible que el lector saque sus conclusiones y no apresurarlas.
A más de esto, uno de los puntos cruciales en su postulado es su concepto acerca de la “infalibilidad de la Biblia” y su crítica a esta doctrina. De hecho, el choque con este tema al mismo Ehrman lo lleva a dedicarse a lo que hoy es su trabajo, según lo que él mismo declara de su historia personal en la introducción al libro. Y aunque no hay una única postura al respecto, al confundirla con “inerrancia”, lo cierto es que este autor tiene una posición que parece concordar aún con la de sus primeros años en una iglesia fundamentalista.
Los estudiosos de la Biblia no niegan los errores cometidos por copistas, pero se comprende bien que la “infalibilidad de la Biblia” es un término teológico relativo a la confianza para aquellos que se vuelven a las escrituras en busca de la verdad de Dios, por cuanto ha sido inspirada por el Espíritu Santo. En cuanto al término “inerrancia”, hay varias posturas, ya que esta habla acerca de que la Biblia no contiene errores de hechos, ni contradicciones internas. Mientras la infalibilidad encara el conocimiento personal de Dios y la seguridad de la salvación, la inerrancia trata más específicamente de la transmisión exacta de los detalles de la revelación. Incluso, se habla acerca de que la inerrancia es más bien atribuible a los originales, no a las copias que tenemos.
También se observa la conceptualización errónea que el autor hace acerca de “inspiración divina” en la Biblia en el momento en que se cuestiona su infalibilidad: por causa de los errores se cuestiona la inerrancia; por causa del fallo de la inerrancia se cuestiona la inspiración y, por descarte, se cuestiona a la persona de Dios.
Se produce algo de confusión con la “inspiración” en la Biblia, ya que se asocia fácilmente a que las escrituras son escritas directamente por Dios, o que lo que escribieron los hombres inspirados fue prácticamente dictado por el Señor; se genera en muchas personas la expectativa de que lo escrito finalmente sea riguroso, exacto  y rico en detalles acerca de la historia, la ciencia y hasta en lo más mínimo acerca de cualquiera de nuestros problemas cotidianos y/o existenciales. Pues bueno, por lo que yo he visto, hay que considerar que la “inspiración” no es mecánica sobre el escritor, que esta no anula la personalidad del autor humano, sus facultades creativas, cultura o estilo literario; y aún así, a través de la inspiración del Espíritu Santo, revelarse a través de ella, sin contradicción, por cuanto Él revela lo que quiere revelar soberanamente a la humanidad y, especialmente, a Su Iglesia.

Son ineludibles los casos que plantean dudas respecto a coordinación y/o contradicción respecto a los textos que se pueden comparar, en cuanto a precisión de datos; pero, a la vez, si estas contradicciones y/o errores no alteran en fondo ni forma la profundidad del mensaje revelado, no son gran argumento como para poner la autoridad de la Biblia en tela de juicio. Ahora, cuando se trata de los cambios introducidos por cuestiones teológicas, sociales o de otra índole, es algo de más cuidado, aunque no deja de ser que mucho tenga que ver con la interpretación que se le da al texto. Por ejemplo, en el capítulo 6 aparece un texto que no me convenció demasiado, acerca de las designaciones de Jesús, a saber, “que Jesús se convirtió en el Cristo durante el bautismo (Hechos 10:37-38) y en otro pasaje se afirma que Jesús se convirtió en el Cristo en momento de la resurrección (Hechos 2:36)”. Leyendo los pasajes citados, no veo que estos sean precisos en cuanto a que Jesús se convierta en el Cristo durante el bautismo y la resurrección, sino una interpretación que hace Erhman sobre ellos.
Me parece que Erhman honestamente deja de manifiesto su fe en cuanto a desconfiar de la autoridad de los documentos que los cristianos creemos son textos sagrados y que, ya que no son confiables por la serie de pruebas presentadas, él ni nadie puede creer en el Jesús presentado como Hijo de Dios en la Biblia y la fe cristiana. Y para mí, tanto el libro como su autor, falla en su presentación en algo que pudiera parecer una minucia: la infalibilidad de las Escrituras.
Son loables los esfuerzos en explicar los acontecimientos históricos y las distintas doctrinas cristianas para argumentar los cambios en los textos. Ahora, para que los textos se preservaran (a pesar de que son sólo copias), que la misma “Iglesia” se preservara a través de los tiempos, para que se definieran ciertas doctrinas por sobre otras, pienso que habría que pensar en una verdadera conspiración y un cuerpo de personas verdaderamente influyentes para lograrlo y que, a la vez, los textos sean coherentes en espíritu, me parece de una fe descomunal.

Para finalizar, creo que la crítica textual es una herramienta  utilísima en la búsqueda del creyente, que investiga y anhela hallar la verdad de Dios en los textos, en su significado más profundo, fuera de aquella caricatura que tristemente esbozamos cuando no se estudia con diligencia. Aunque no conozco toda la carrera de Bart D. Erhman, pienso que debe ser uno de los más destacados personajes de nuestros tiempos en crítica textual y no tomo para nada a la ligera sus estudios al respecto. Me gusta el entusiasmo que pone en buscar la verdad y ser estricto a la hora de estudiar los textos, es justamente lo que nos falta a muchos. Por lo mismo, no sólo aquellos que no son creyentes, siguen estudiando e investigando incesantemente en aras de poder descifrar de mejor forma la verdad revelada y agradezco profundamente que así sea.


Como no soy un asiduo escritor ni muy docto, anoto aquí un libro que me ayudó a ordenar las definiciones de este comentario: El Origen de la Biblia, editado por Philiph Wesley Comfort.
http://gfol1.iglesiagetsemanidemontreal.com/download/Origen_de_la_Biblia_ws1008737081.pdf

6 comentarios:

  1. "[... debido a la inspiración/inerrancia] se genera en muchas personas la expectativa de que lo escrito finalmente sea riguroso, exacto y rico en detalles acerca de la historia, la ciencia y hasta en lo más mínimo acerca de cualquiera de nuestros problemas cotidianos y/o existenciales. Pues bueno, por lo que yo he visto, hay que considerar que la “inspiración” no es mecánica sobre el escritor, que esta no anula la personalidad del autor humano, sus facultades creativas, cultura o estilo literario; y aún así, a través de la inspiración del Espíritu Santo, revelarse a través de ella, sin contradicción, por cuanto Él revela lo que quiere revelar soberanamente a la humanidad y, especialmente, a Su Iglesia."

    El problema que veo es que suele decirse que, en el fondo, en la Biblia al final "no hay contradicción", o que las "aparentes" contradicciones son solo eso, apariencia. Lo cual lamentablemente no es cierto.

    Si los problemas que tiene el texto bíblico fueran solo de estilo (creativo) del autor, cultura o de nivel de detalles entregado, cuiestionar tal cosa como una demostración de no-inerrancia y falta de inspiración sería antojadizo. Pero ese no es el caso.

    El problema con el texto bíblico es que diferentes autores simplemente afirman que ciertas cosas ocurrieron que simplemente contradicen a los otros autores, y por lo tanto o uno de los dos se inventó su historia, o directamente ambos. Y si hay cosas "inventadas", ergo, mentiras, en la Biblia ¿cómo se puede afirmar que su contenido, más allá de su estilo, sea inspirado por Dios/Espíritu Santo? ¿No podía este decirle (o hacerle sentir) al autor que no era buena idea mentir o inventar cosas que no ocurrieron, o que no pudieron ocurrir en contradicción con lo que estaba inspirando a otros autores?

    Por ejemplo, se puede ver como el relato del nacimiento de Jesús contiene contradicciones insalvables. Los únicos evangélios que lo mencionan son Lucas y Mateo. En Lucas Jesús nace en Belén, María espera los 40 días de rigor de la ley, presentan a Jesús en el Templo en Jerusalén, y luego vuelven de inmediato a Nazaret, donde Jesús comienza a crecer con normalidad. En cambio en Mateo la familia de Jesús se radica en Belén por un largo tiempo, por lo menos un par de años, tanto como para que Herodes, para asegurarse de matar a la competencia, decida ordenar la matanza de todos los nacidos menores de 2 años en Belén, evento que obliga a Jesús y familia a escapar a Egipto por... ¿varios años? Pero... ¿Que Lucas no nos había dicho que ellos no habían vuelto hacía rato ya a Nazaret sin novedad ni problema alguno? Cosas así demuestran que alguno de los dos literalmente INVENTO cosas, y lo dicho ahí simplemente no es cierto. Y si no es cierto ¿porque asumir que un ente sobrenatural y todopoderoso y todosapiente inspiro un texto con tamañas incosistencias?

    Lo mismo se puede decir de cosas mucho más graves, como supuestos muertos resucitados de los santos de Israél que resucitaron el viernes santo y recorrieron todo Jerusalén sin que nadie jamás los viera o documentara tal cosa (!?), o la propia resurrección de Jesús y sus apariciones resucitado que son contradictorias entre todos los relatos, lo que nuevamente suena a sólo una cosa: invención.

    Con todo ello, más allá de las opiniones de Ehrman, en mi opinión el tema de la inerrancia, al analizarlo en el detalle, se desmorona por el propio texto y su contenido, más allá de cualquier problema de estilo o creatividad del autor, y con ello la supuesta inspiración de un texto así de problemático es, cuando menos, cuestionable.

    Ahora, no tengo dudas de que tú discrepas de mi opinión y conclusión. Pero te felicito por haber leído el texto, a pesar de haberte costado leero dado que desafía tu creencias. Sin embargo hay mucho, pero mucho más allá de Ehrman, para quienes quieran buscar la verdad, y llegar al fondo del asunto.

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    1. ¿Cómo interpretas el nacimiento de Cristo, el pasaje relacionado con la resurrección de muertos (añadiendo la rotura del velo que antecede lo de las resurrecciones al morir Jesús) y los relatos de la resurrección de Jesucristo? Me refiero a cómo entiendes el sentido de que los relatos no se hayan escrito sólo una vez, sino que más de una, incluyendo diferencias entre ellos, ¿cambia el sentido de nacimiento, muerte y resurrección?

      ¿Dios se toma la molestia de revelar un mismo hecho de distintas formas, con distintos enfoques, sólo para que verifiquemos que ellos coincidan entre sí en tiempo y forma?, ¿son sólo para verificar su historicidad?

      Pienso que mucho de nuestras diferencias radican principalmente en cómo entendemos el punto inicial de tu comentario, la inerrancia. Creo que la comprendemos de una forma muy diferente.

      Te doy esta respuesta por ahora, espero poder entregarte otra con más fundamento.

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  2. Depende del caso. Supongamos que hablamos del asesinato de Kennedy. Es un hecho que le dispararon y lo hirieron gravemente, pues hay amplia evidencia de ello independiente de cualquier testimonio; y en la confusión, o por interés, o por el paso del tiempo, es muy probable que hayan historias que cuentan detalles contradictorios del hecho (y que complican decidir si, por ejemplo, el asesino fue Lee Harvey Olswald). SIN EMBARGO, dado que tenemos evidencia del hecho, no se puede negar que es VERDAD que (al menos) a Kennedy le dispararon e hirieron gravemente ese día en la década del 60 del siglo pasado.

    ¿Qué pasaría si nosotros basáramos un cuerpo de creencias importantes en el hecho de que hubo un hombre llamado John F. Kennedy que fue asesinado a balazos, pero la única evidencia que tuviéramos del hecho fueran relatos comprometidos, no independientes, y contradictorios? Habría serias razones para dudar de la veracidad de lo relatado, y de cualquier conclusión que basáramos en tales relatos, en especial si lo que nos interesa es que lo que creemos es realmente verdad.

    En el caso de los relatos de Jesús como su nacimiento, terremotos, muertos resucitados que se presentaron a todo el mundo ve pero que fueron al mismo tiempo invisibles, y relatos de apariciones de Jesús resucitado que se contradicen, dado que la única evidencia que tenemos de ellos son justamente relatos contradictorios, y además copiados unos de otros (es un hecho que los sinópticos se copiaron sendos trozos), todo ello cambia el sentido desde el punto de vista que pone más que en tela de juicio que tales relatos sean verdad.

    Ahora, si alguien (en este caso Dios) quiere transmitir un mensaje, y ese alguien quiere su mensaje sea verídico y correcto, sin duda que es esperable que sabe que múltiples fuentes (y autores) pondrán por escrito tal mensaje y a futuro se considerarán como un libro "autorizado" por él como autoridad, este Dios todo-poderoso y todo-sapiente sin duda que debería haberse tomado la molestia de que _sus_ mensajeros inspirados no se contradijeran unos a otros.

    El hecho de que sus mensajeros se contradicen gravemente al punto de que puntos claves de su relato (como la resurrección y apariciones de Jesús resucitado) no pueden ser (simultáneamente) ciertos, habla de que a ese supuesto Dios no le importó mucho la veracidad de su mensaje (adiós inspiración).

    Y a Dios no le importó que la veracidad de su mensaje fuera asegurada y preservada, y él es un ser todo-sapiente que sabía que habría personas que verían los garrafales errores lógicos de tales mensajes y les haría dudar honestamente de su veracidad al punto de "perderse", pues entonces significa que a él no le importó en lo absoluto que hubiera gente que se 'perdiera' a causa de su propia falta de interés en entregar un mensaje claro y libre de errores, lo cual habla de un Dios que (de existir) es indigno de un Dios todo-amoroso realmente preocupado de nuestro bienestar.

    Pero, la hipótesis nula es que Dios no existe, y en un escenario donde Dios no existe, lo que exactamente se espera ver es que los escritores "sagrados" sean solo humanos falibles, influenciados por sus propias culturas e intereses, y que tomen de aquí y de acá tiñendo sus textos con sus propios intereses y puntos de vista teológicos, e incluso inventando y/o cambiando el texto para ganar argumentos, lo que da lugar una selva de relatos contradictorios. Y eso es justo lo que se ve al estudiar los problemas del texto bíblico...

    Ergo, puedes terminar de deducir como interpreto el lugar hacia adonde apunta toda la evidencia.

    Saludos.

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  3. Bien, pero no mencionaste lo del velo rasgado y qué importancia tiene para el relato. Me gustaría saber cómo lo interpretas.

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  4. Ah, claro el velo rasgado tiene importantes explicaciones teológicas...; muere Jesús, y se rasga el velo: ¿el templo pierde la presencia de Jehová? ¿O ahora el lugar santísmo es asequible para cualquiera gracias a la muerte de Jesús? ¿O fue una señal para mostrar que Jesús era de verdad el "Hijo de Dios"? ¿O...?

    Hay tantas explicaciones y elucubraciones teológicas como sectas cristianas hay, pero ¿realmente ocurrió eso? ESA es la parte importante. Veamos.

    ¿Lo mencionan otros evangelistas? Sí, lo mencionan Marcos y Lucas. Pero, se sabe que los autores de Mateo y Lucas estaba literalmente copiando gran parte del texto de Marcos, por lo que ellos 3 no cuentan como 3 fuentes independiente, sino solo una.

    Ahora, un evento así de impactante en una sociedad híper-religiosa como la judía del siglo I sin duda que hubiera notado que el velo de su templo y lugar más sagrado en una fecha tan especial, y sumado a un terremoto y algún tipo de eclipse. Y por lo tanto hubiera quedado registrado en la memoria de la gente y en todo tipo de anales, por lo que SIN DUDAS hubiera sido mencionado por Josefo al escribir la historia de los Judios. ¿Lo menciona Josefo? No.

    ¿Lo menciona ALGUIEN más, quien sea, de la época, como fuente independiente, que permita pensar que tal cosa ocurrió? No.

    No, no y no...

    Entonces, si muy probablemente NO ocurrió ¿porqué lo cuenta el evangelio de Mateo, Marcos o Lucas?

    La explicación es simple: el autor de Mateo se esfuerza como ningún otro en declarar eventos como cumplimientos de las profecías de las escrituras, aún si tal profecía es equivocada (como en Mateo 27 cuando atribuye una profecía a Jeremías que no está en ningún lado de Jeremías, pero sí aparece algo así en Zacarías). Y cada evento posible el atribuye algún cumplimiento profético. Entonces, si el momento cúlmine de su relato, la muerte de Jesús, es el cumplimiento principal de todos los eventos proféticos posibles, obviamente hay que orquestar el evento relatado con todo tipo de señales impresionantes e increíbles por parte de Dios (terremotos, muertos resucitados, etc.). Y como el autor de Mateo estaba copiando al autor de Marcos, que ya menciona el rasgamiento del velo (inmediatamente antes de que el centurión afirme que Jesús sí era el hijo de Dios, conveniente, pero no sé como el centurión supo lo que estaba pasando en otro lugar), Mateo también lo hace, pero sube la apuesta con el terremoto y muertos resucitados.

    ¿Pasó algo de eso? No veo por qué creerlo dado que, independientemente de que muchos observadores de la época ni siquiera supieran de Jesús, ni atribuyeran la ocurrencia de tales cosas a él y su muerte, un terremoto, un "eclipse" imposible (la pascua se hace en luna llena cuando NO PUEDE astronómicamente haber un eclipse de sol), muertos vivientes resucitados recorriendo Jerusalén el día de fiesta con más visitantes del año, y el velo del templo roto... y TODO el mismo día y en el mismo rato. Algo así no sólo hubiera sido recordado por centenares de años, la ocurrencia de tales cosas hubiera llegado a oídos de todo el imperio romano, y por lo tanto hubiera sido registrado, comentado y discutido por INNUMERABLES fuentes independientes, incluidas fuentes no cristianas (partiendo por Josefo). Y sin embargo, lo que tenemos es ¿NADA? ¿Nadie comenta nada de eso lo absoluto que no sea un evangelio cristiano?

    Por lo tanto, el velo del templo es otra cosa más que la evidencia muestra que MUY probablemente NO ocurrió, y si algo de verdad no ocurrió, especular las supuestas implicaciones teológicas de un evento mítico inventado no tiene demasiado valor para mí, no más que especular cuál es el significado trascendental de que los dioses egipcios pesaran el corazón de los muertos.

    Saludos.

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    1. Gracias por aclarar tu postura, Daniel.

      Como dije antes, espero poder dar un tipo de respuesta más informada al respecto, que vendría a ser como una segunda lectura, ya que va más allá de lo comentado en el post inicial comentando a Ehrman. De todas formas, creo que el asunto gira en torno a la misma temática de inspiración divina en la Biblia.

      Saludos.

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